UN GRAN REGALO POR CIERTO DE LA INFINITA MISERICORDIA DE DIOS

 UN GRAN REGALO POR CIERTO DE LA INFINITA MISERICORDIA DE DIOS.

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UN GRAN REGALO POR CIERTO DE LA INFINITA MISERICORDIA DE DIOS. Es absolutamente asombroso. No hay caso, nada más perfecto que las Palabras que vierte nuestro Señor Dios Jesucristo a través de los SUYOS verdaderamente. Este es el caso de San Francisco de Sales y esta maravillosa OBRA que nos habla ACERCA DE NUESTRA FE VERDADERA, DE LA VERDADERA FE DE LA IGLESIA Y LA DEFIENDE tal como nos enseña ahora a hacerlo nosotros. "Muchos son los llamados, pocos los escogidos".....Para muestra este botón que os dejo aquí, el que está haciendo que no pueda dormir y esté queriendo grabar más sobre este SABER AL ALMA que nos trae Dios por mediación de la Santísima Iglesia Católica.....y que nos dice así.

Obra: Las Controversias, a los Señores de Thoron: San Francisco de Sales, Parte 1, Capítulo2, Artículo 2, a partir de la página 155.

"Y asimismo ¿quién niega que nuestro Señor conoce a los que son de El? Sabia, sin duda, lo que Judas llegaría a ser, y, sin embargo, Judas no dejó de ser uno de sus apóstoles; sabia lo que harían los discípulos, que se volvieron atrás respecto de la doctrina de la realidad de la mánduçación de su carne (1), y, sin embargo, los recibió por discípulos. Porque una cosa es ser de Dios, según la eterna presciencia, para la Iglesia triunfante, y otra ser de Dios, según la presente Comunión de los Santos, para la Iglesia militante. Los primeros sólo son conocidos de Dios; los últimos son conocidos de Dios y de los hombres. «Según la eterna presciencia;—dice San Agustín (2 ) ¿Cuántos lobos, están dentro, cuántas ovejas fuera?» Nuestro Señor, pues, conoce a los que son de Él para la Iglesia Triunfante, pero hay en la Iglesia militante otros muchos, cuyo fin será la perdición, como el mismo enseña cuando dice (3) que en una gran casa hay vasos de diferentes clases: unos para honor y otros para usos viles. De la misma manera lo que San Juan dice: han salido de entre nosotros pero no son de nosotros, no hace nada a este propósito; pues yo diría corno, dice San Agustín (4): fueron de los nuestros ó estaban entre nosotros por el número y no lo estaban por el mérito; esto es, según el mismo Doctor: “Estaban entre nosotros y eran de los nuestros, por la comunión de los Sacramentos, pero según la particular propiedad de sus vicios no lo estaban; eran ya heréticos en su alma y de voluntad, aunque según la apariencia exterior no lo fuesen! Y no es esto decir que los buenos no estén con los malos en la Iglesia, antes, por el contrario, ¿Cómo podrían éstos salir de la compañía de la Iglesia sino estuvieran en ella?, Estaban, sin duda, de hecho; pero de voluntad estaban ya fuera. En fin, he aquí un argumento que parece apropiado por, la forma y por la figura: No tiene a Dios por Padre quien no tiene a la Iglesia por Madre (5), ciertamente; y del mismo modo, quien no tiene a Dios por Padre, no tendrá a la Iglesia por Madre, esto es también muy cierto; pero es así que los réprobos no tienen a Dios por Padre, luego no tienen a la Iglesia por Madre, y, por consiguiente, los, réprobos no están en la Iglesia. Pero la respuesta es excelente. Se admite el primer fundamento de esta razón, pero el segundo, que los réprobos no sean hijos de Dios, tiene necesidad de ser expurgado. Todos los fieles. bautizados pueden ser llamados hijos de Dios mientras son fieles, a menos que se quiera quitar al Bautismo el nombre de regeneración a natividad espiritual; que nuestro Señor le ha dado (l); que si se entiende así, hay muchos réprobos hijos de Dios, como hay gentes fieles y bautizadas, que serán condenadas, de las que, como dice, la Verdad (2): A tiempo creen y en el tiempo de la tentación vuelven atrás; de modo que se negará rotundamente esta segunda proposición de que los réprobos no sean hijos de Dios, pues v estando , en la Iglesia, pueden ser llamados hijos de Dios por la creación, redención, regeneración, doctrina, profesión de fe, aunque nuestro Señor Se queje de ellos de esta manera: He alimentado y criado hijos y ellos me kan despreciado. Y si es que se quiere decir que los réprobos no tienen a Dios por Padre porque no serán herederos; según la palabra del apóstol: Si es hijo es heredero (3), negaremos la consecuencia ;,;pues no solamente los hijos están en la Iglesia, sino también los siervos, con esta, diferencia, que los hijos estarán para siempre en ella como-herederos y los siervos no; pero éstos serán echados: cuándo plazca al Dueño. Testigo el mismo Dueño, en San Juan (4); y si el hijo penitente bien supo reconocer que muchos mercenarios tenían pan en abundancia en casa de su Padre, aunque él, verdadero y legítimo hijo, muriese de hambre con los puercos (5), que hace prueba para la fe católica en este punto.. Oh! ¿Cuántos siervos, puedo decir con el Eclesiastes (6), han sido vistos a caballo y cuántos Príncipes a pie como criados! ¿Cuántos animales inmundos y cuervos en esta Arca eclesiástica! O ¿Cuántas manzanas bellas y olorosas están en el manzano podridas por dentro, y, sin embargo, se hallan adheridas at árbol y extraen el buen jugo de su tallo! Quien tuviera los ojos bastante claros para ver el fin de la carrera dedos hombres, hallaría en la Iglesia bastantes motivos para exclamar: Muchos son los llamados y pocos los escogidos; es decir, muchos están en la militante que no estarán jamás en la triunfante. Cuántos están dentro que estarán fuera! como San Atanasio predijo de Arrio (1) y San Fulberto de Berengario (2). Es, pues, cosa cierta, que no solamente los elegidos, sino aun los réprobos, pueden estar y están en la Iglesia; y quien, para hacerla invisible, no pone en ella más que a los elegidos, hace como el mal discípulo que, para no socorrer a su maestro, se excusa con no haber aprendido nada de su cuerpo, sino de su alma." Fin de la Parte 1, Capítulo II, Artículo II. IMPRESIONANTE!, Muchos son parte de la Iglesia Militante, y jamás sin embargo llegarán a ser de la Iglesia Triunfante. RUEGO A DIOS POR SU INFINITA MISERICORDIA Y JUSTICIA y por los MÉRITOS DE SU SACRATÍSIMO CORAZÓN Y DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, ya que jamás será por los nuestros, HAGA EN NOSOTROS TODO LO NECESARIO PARA SER PARTE DE LA IGLESIA TRIUNFANTE, y así formar parte de los ALABADORES EN LA ETERNIDAD de la Santísima Trinidad: Dios Padre y Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.