PABLO VI - MONTINI Y EL HOMBRE DE PECADO: EL ANTICRISTO IDENTIFICADO Y SUS REYES DE LA ÚLTIMA HORA

PABLO VI - MONTINI Y EL HOMBRE DE PECADO: EL ANTICRISTO IDENTIFICADO Y SUS REYES DE LA ÚLTIMA HORA

 

DE LA CARTA Nº 4 DE WILLIAM F. STROJIE: En sus discursos EL REGRESO DEL REY, el P. Coleridge regresa una y otra vez a la predicción bíblica de una ceguera espiritual de los días “posteriores”. En su capítulo “La liberación de Satanás” escribe sobre “la última gran seducción, apostasía y persecución”. Cita a San Pablo en cuanto al éxito parcial del Anticristo, de la siguiente manera: Su venida, dice el Apóstol, es según la obra de Satanás, con todo poder, señales y prodigios mentirosos, y con toda seducción de iniquidad para los que son perdidos, porque no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por tanto, Dios enviará sobre ellos la operación del error, el de creer la mentira, para que sean juzgados todos los que no han creído en la verdad, sino que han consentido en la iniquidad. Las dos grandes características de esta profecía, escribe Coleridge, son, primero, la verdad de que el Anticristo será sostenido por todo el poder del diablo, "con todo poder, señales y prodigios mentirosos", y segundo, que este permiso de Dios es judicial. Como los hombres no han amado la verdad, se les permitirá creer mentiras. Vemos con esto la importancia vital que es transmitir, cuando sea posible, obras de verdad católica, advertencias contra la apatía de nuestro tiempo. Me parece que los “discursos” del P. Coleridge en los últimos días en general contienen lo mejor de las enseñanzas tradicionales católicas sobre ese tema. Pero como todos los analistas bíblicos que he leído, no nos da nada definitivo sobre el probable cargo o posición mundana del Anticristo. Noto la misma falta en cuanto a detalles de la enseñanza del Hombre de Pecado. Hasta donde yo sé, la Sagrada Escritura es vaga sobre estas cosas, al igual que los Padres de la Iglesia. Por lo tanto, no como profeta o teólogo sino como observador de sentido común, teniendo ante mí la gran ventaja de los acontecimientos actuales, me atrevo a sugerir algunas líneas de pensamiento sobre este tema. Continuará: