Decreto del Santo Oficio condenando el milenarismo mitigado, MANUEL LACUNZA

 Decreto del Santo Oficio condenando el milenarismo mitigado, MANUEL LACUNZA

Link al DECRETO DEL SANTO OFICIO https://dn790000.ca.archive.org/0/items/doctrinapontific01unse/doctrinapontific01unse.pdf

LINK AL ACTA APOSTOLICAE SEDIS: A.A.S. 36 de 1944

Decreto del Santo Oficio condenando el milenarismo mitigado, 21 de julio de 1944 560-562 Decreto del Santo Oficio condenando el milenarismo mitigado, 21 de julio de 1944 Desde los primeros siglos de la Iglesia no han faltado partidarios del milenarismo. Algunos libros apócrifos del judaismo precristiano, como el libro III de los Oráculos sibilinos, el libro de Enoc etiópico, el libro de los Jubileos y el Apocalipsis de Baruc, hablan de los tiempos venideros, en los cuales las fieras salvajes se amansarán, los hombres gozarán de toda clase de bienes materiales, vivirán tantos o más años que los patriarcas antediluvianos y serán do estatura gigante. Esta concepción, que unas veces va unida a bienes espirituales y a la presencia del Mesías y otras nada tiene que ver con éste, presenta en los diversos libros duración distinta, y es la que se conoce con el nombre de milenarismo craso. De los judíos pasó a los primeros cristianos, que creyeron ver un fundamento para ella en la afirmación del capítulo 20 del Apocalipsis de San Juan, según la cual Cristo habrá de reinar mil años con los justos antes del juicio final. a. Cerinto y los ebionitas, según Eusebio, participaron de esta creencia b; la supone el capítulo 15 de la Epístola del Pseudo-Bernabé, y la aceptan San Papias c. San Justino d. san Ireneo e.Tertuliano f y otros de menor importancia. Todos éstos hablan de un reinado espiritual de Cristo sobre la tierra, bien sobre los hombres que en ella viven, bien sobre los justos resucitadas, pero siempre antes del juicio final. Esta forma de milenarismo suele llamarse milenarismo mitigado. Ya San Justino, en el lugar citado, decía que muchos buenos católicos no lo admitían. Y así lo rechazaron expresamente Eusebio, Orígenes, Dionisio Alejandrino, San Basilio, San Jerónimo y San Agustín; cuyo argumento principal es que la Iglesia sólo admite en el Símbolo una doble venida de Cristo: la primera a redimirnos y la segunda a juzgarnos. El presente decreto del Santo Oficio declara que el milenarismo mitigado no se puede enseñar con seguridad. Con esta declaración oficial obtiene valor para la Iglesia universal la precedente respuesta privada del mismo Santo Oficio al arzobispo de Santiago de Chile, de 11 de julio de 1941, a propósito de un brote reciente de estos errores en el territorio de su jurisdicción g. La carta del Santo Oficio decía así: «Palacio del Santo Oficio, 11 julio 1941. Excmo. y Revdmo. Sr. : Se ha recibido en este Santo Oficio la carta número 126/40, de 22 de abril de 1940, en que V. E. daba noticia de que en esa archidiócesis había quienes defendían el sistema de los milenaristas espirituales y que cada día iba en aumento el número de los admiradores de tal doctrina y de la obra del P. LACUNZA Venida, del Mesías en gloria y majestad, Al mismo tiempo, V. E. pedía a la Santa Sede las normas oportunas. Llevado el asunto a la reunión plenaria del miércoles día 9 de este mes, los Emmos. y Revdmos. Cardenales de esta Suprema Sagrada Congregación mandaron responder: El sistema del milenarismo aun mitigado — o sea, del que enseña Que, según la revelación católica, Cristo Nuestro Señor ha de venir corporalmente a reinar en la tierra antes del juicio final, previa la resurrección de muchos justos o sin ella — no se puede enseñar con seguridad. Así, pues, apoyándose en esta respuesta y en la condenación ya hecha por este Santo Oficio de la obra del P. Lacunza, V. E. procurará vigilar cuidadosamente para que dicha doctrina bajo ningún pretexto se enseñe, propague, defienda o recomiende, sea de viva voz, sea por cualquier escrito. Para conseguirlo podrá emplear V. E. los medios necesarios no sólo de persuasión, sino también de autoridad, dando, si fuere oportuno, las instrucciones que fueren necesarias a los que enseñan en el seminario y en los institutos. Y si surgiere algo de mayor gravedad, no omita V. E. comunicárselo al Santo Oficio. Aprovecho la ocasión para testimoniarle el sentimiento de mi estimación y quedo de V. E. afectísimo, F. Card. Marcchetti Selvaggiani. — Excmo. y Revdmo. Sr. D. José M. Caro Rodríguez, arzobispo de Santiago de Chile La precedente carta habla de un milenarismo que se enseñara como perteneciente a la revelación cristiana. El decreto del Santo Oficio para la Iglesia universal prescinde de las razones que dicho milenarismo invoque en su favor. En estos últimos tiempos se ha preguntado más de una vez a esta Suprema Sagrada Congregación del Santo Oficio' qué se debe pensar del sistema del milenarismo mitigado, que enseña que Cristo Nuestro Señor antes del juicio final, previa la resurrección de muchos justos o sin ella, ha de venir visiblemente a reinar en esta tierra. Propuesto el asunto a examen en la reunión plenaria del miércoles 19 de julio de 1944, los eminentísimos y reverendísimos señores cardenales encargados de la tutela de la fe y de las costumbres, oído ¡previamente el voto de los reverendos consultores, decretaron responder que el sistema del milenarismo mitigado no se 'puede enseñar con seguridad. Y el día siguiente, jueves 20 del mismo mes y año, nuestro Santísimo Padre Pío, por la divina Providencia Papa XII, en la acostumbrada audiencia concedida al excelentísimo y reverendísimo asesor del Santo Oficio, aprobó, confirmó y mandó publicar esta respuesta de los eminentísimos Padres. Dado en Roma, desde el Palacio del Santo Oficio, a 21 de julio de 1944. — J. Pepe, notario de la Suprema Sagrada



Comentarios

DESDE SANTO TOMÁS PARA NOSOTROS:

"En ciertas cuestiones habrá pocos que comprendan la verdad de una manera evidente, siendo muchos los que se escandalizarán. Caerán de ella los traidores y los acusadores, por la discusión que se suscitará entre ellos, acerca del dogma de la verdad, lo que servirá de motivo para que se aborrezcan mutuamente. También habrá muchos que predicarán con mal fin, acerca de lo que habrá de suceder, e interpretarán mal las profecías (a quienes llama falsos profetas), que seducirán a muchos, haciendo que se enfríe la caridad ferviente que antes se encontraba en la sencillez de la fe. Pero el que pueda perseverar en la tradición apostólica, se salvará; y así, predicado el Evangelio a todas las almas, servirá de testimonio a todas las gentes, esto es, a todos los pensamientos incrédulos de ciertas almas. " CATENA AUREA, COMENTARIOS AL EVANGELIO DE SAN MATEO https://es.scribd.com/document/547925811/Catena-Aurea-Comentarios-Al-Evangelio-SAN-MATEO-Tomo-II-Santo-Tomas-de-Aquino

Entradas más populares de este blog

DESCRIPCIÓN PERFECTA DE LA IGLESIA CONCILIAR, LA IGLESIA MONTINIANA, La bestia semejante al Cordero: la Iglesia de los herejes

SOBRE LOS DOS TESTIGOS, DESCIFRADO QUIENES SON. COMENTARIO AL APOCALIPSIS. SAN CESÁREO DE ARLÉS.

NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN