CARTA ENCÍCLICA SATIS COGNITUM, DEL SUMO PONTÍFICE LEÓN XIII

FUNDAMENTAL PARA ENTENDER MUCHO DE LO QUE SE CUESTIONA A LOS QUE DECIMOS: QUÉDATE EN CASA SI PRETENDES MORIR CATÓLICO Y SALVAR TU ALMA: CARTA ENCÍCLICA SATIS COGNITUM, DEL SUMO PONTÍFICE LEÓN XIII

https://www.vatican.va/content/leo-xiii/es/encyclicals/documents/hf_l-xiii_enc_29061896_satis-cognitum.html

17. Penetrada plenamente de estos principios, y cuidadosa de su deber, la Iglesia nada ha deseado con tanto ardor ni procurado con tanto esfuerzo cómo conservar del modo más perfecto la integridad de la fe. Por esto ha mirado como a rebeldes declarados y ha lanzado de su seno a todos los que no piensan como ella sobre cualquier punto de su doctrina. Los arrianos, los montanistas, los novacianos, los cuartodecimanos, los eutiquianos no abandonaron, seguramente, toda la doctrina católica, sino solamente tal o cual parte, y, sin embargo, ¿quién ignora que fueron declarados herejes y arrojados del seno de la Iglesia? Un juicio semejante ha condenado a todos los fautores de doctrinas erróneas que fueron apareciendo en las diferentes épocas de la historia. «Nada es más peligroso que esos heterodoxos que, conservando en lo demás la integridad de la doctrina, con una sola palabra, como gota de veneno, corrompen la pureza y sencillez de la fe que hemos recibido de la tradición dominical, después apostólica»[52]. Tal ha sido constantemente la costumbre de la Iglesia, apoyada por el juicio unánime de los Santos Padres, que siempre han mirado como excluido de la comunión católica y fuera de la Iglesia a cualquiera que se separe en lo más mínimo de la doctrina enseñada por el magisterio auténtico. San Epifanio, San Agustín, Teodoreto, han mencionado un gran número de herejías de su tiempo. San Agustín hace notar que otras clases de herejías pueden desarrollarse, y que, si alguno se adhiere a una sola de ellas, por ese mismo hecho se separa de la unidad católica. «De que alguno diga que no cree en esos errores (esto es, las herejías que acaba de enumerar), no se sigue que deba creerse y decirse cristiano católico. Pues puede haber y pueden surgir otras herejías que no están mencionadas en esta obra, y cualquiera que abrazase una sola de ellas cesaría de ser cristiano católico»[53]. 

18. Este medio, instituido por Dios para conservar la unidad de la fe, de que Nos hablamos, está expuesto con insistencia por San Pablo en su epístola a los de Efeso, al exhortarles, en primer término, a conservar la armonía de los corazones. «Aplicaos a conservar la unidad del espíritu por el vínculo de la paz»[54]; y como los corazones no pueden estar plenamente unidos por la caridad si los espíritus no están conformes en la fe, quiere que no haya entre todos ellos más que una misma fe. «Un solo Señor y una sola fe». Y quiere una unidad tan perfecta que excluya todo peligro de error, «a fin de que no seamos como niños vacilantes llevados de un lado a otro a todo viento de doctrina por la malignidad de los hombres, por la astucia que arrastra a los lazos del error». Y enseña que esta regla debe ser observada no durante un periodo de tiempo determinado, sino «hasta que lleguemos todos a la unidad de la fe, en la medida de los tiempos de la plenitud de Cristo». Pero ¿dónde ha puesto Jesucristo el principio que debe establecer esta unidad y el auxilio que debe conservarla? Helo aquí: «Ha hecho a unos apóstoles, a otros pastores y doctores para la perfección de los santos, para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo». 

19. Esta es también la regla que desde la antigüedad más remota han seguido siempre y unánimemente han defendido los Padres y los doctores. Escuchad a Orígenes: «Cuantas veces nos muestran los herejes las Escrituras canónicas, a las que todo cristiano da su asentimiento y su fe, parecen decir: En nosotros está la palabra de la verdad. Pero no debemos creerlos ni apartarnos de la primitiva tradición eclesiástica, ni creer otra cosa que lo que las Iglesias de Dios nos han enseñado por la tradición sucesiva»[55]. Escuchad a San Ireneo: «La verdadera sabiduría es la doctrina de los apóstoles... que ha llegado hasta nosotros por la sucesión de los obispos... al transmitirnos el conocimiento muy completo de las Escrituras, conservado sin alteración»[56]. He aquí lo que dice Tertuliano: «Es evidente que toda doctrina, conforme con las de las Iglesias apostólicas, madres y fuentes primitivas de la fe, debe ser declarada verdadera; pues que ella guarda sin duda lo que las Iglesias han recibido de los apóstoles; los apóstoles, de Cristo; Cristo, de Dios... Nosotros estamos siempre en comunión con las Iglesias apostólicas; ninguna tiene diferente doctrina; éste es el mayor testimonio de la verdad»[57]. Y San Hilario: «Cristo, sentado en la barca para enseñar, nos hace entender que los que están fuera de la Iglesia no pueden tener ninguna inteligencia con la palabra divina. Pues la barca representa a la Iglesia, en la que sólo el Verbo de verdad reside y se hace escuchar, y los que están fuera de ella y fuera permanecen, estériles e inútiles como la arena de la ribera, no pueden comprenderle»[58]. Rufino alaba a San Gregorio Nacianceno y a San Basilio porque «se entregaban únicamente al estudio de los libros de la Escritura Santa, sin tener la presunción de pedir su interpretación a sus propios pensamientos, sino que la buscaban en los escritos y en la autoridad de los antiguos, que, a su vez, según era evidente, recibieron de la sucesión apostólica la regla de su interpretación»[59].

Comentarios

DESDE SANTO TOMÁS PARA NOSOTROS:

"En ciertas cuestiones habrá pocos que comprendan la verdad de una manera evidente, siendo muchos los que se escandalizarán. Caerán de ella los traidores y los acusadores, por la discusión que se suscitará entre ellos, acerca del dogma de la verdad, lo que servirá de motivo para que se aborrezcan mutuamente. También habrá muchos que predicarán con mal fin, acerca de lo que habrá de suceder, e interpretarán mal las profecías (a quienes llama falsos profetas), que seducirán a muchos, haciendo que se enfríe la caridad ferviente que antes se encontraba en la sencillez de la fe. Pero el que pueda perseverar en la tradición apostólica, se salvará; y así, predicado el Evangelio a todas las almas, servirá de testimonio a todas las gentes, esto es, a todos los pensamientos incrédulos de ciertas almas. " CATENA AUREA, COMENTARIOS AL EVANGELIO DE SAN MATEO https://es.scribd.com/document/547925811/Catena-Aurea-Comentarios-Al-Evangelio-SAN-MATEO-Tomo-II-Santo-Tomas-de-Aquino

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